miércoles, 26 de octubre de 2011

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 4:
 Corriendo a la intemperie llegamos a la heladería de Los Italianos, ambas nos pedimos un helado y comenzamos a andar por la Gran Vía. Apartamos el tema de París y aprovechamos para hablar de las cosas más triviales, para bromear y disfrutar de una quedada en condiciones.
  -Y... ¿se lo has dicho a los profesores? ¡Ya sabes que la señorita González se va a poner muyyy contenta cuando se lo dígas! Jajajajajaja!-nos reímos... La señorita González, como dice María, me tiene.... un cariño especial... jajjaja, vamos, creo que es obvio que no le caigo muy bien, bueno, ya se que somos un poco liantas en clase pero... bueno, digamos que ella también se crispa fácilmente en clase...
  -Bah! La verdad es que me importa más bien poco como se sienta... Prefiero mil veces que se lleve la alegría cuando yo me vaya... así me pierdo su gran momento de despedida y, como no, su búsqueda de una nueva víctima-le guiño el ojo, sí, puede sonar cruel, pero es una mujer que suele tener un alumno predilecto a la hora de regañar todos los años, y los dos últimos me tocó a mí, así que en el fondo supongo que tampoco es tan grave...
  -De todas maneras por lo que más me da pena dejar todo esto es por vosotros, mis amigos... Jorge y tú habéis sido siempre mis confidentes... y ahora que me voy fuera... ¿a quien le voy a contar todas mis cosas y mis secretos?-le digo sonriendole con dulzura- por cierto, ¿dónde está Jorge? Debería hablar con él...
  -Primero: ¿¡Qué te crees, que cuando te vayas te vas a librar de nosotros del todo?! ¡Ni por asomo! Pienso sonsacarte todos los cotilleos de por allí y todas tus ralladuras de cabeza aun teniendote en París, ¡¡que te quede claro!! Y a lo segundo... si quieres lo llamamos ahora, ¿no? Yo de todas maneras me voy dentro de poco así que si quieres, que se venga ahora y luego tú puedes hablar un poco con él tranquilamente...
  -Creo que tienes razón.... Bueno llámalo tú y que se venga, de todas maneras vive aquí al lado...
Jorge, aunque ahora es mi mejor amigo, en su momento estuvimos saliendo. En mi opinión fue un error por mi parte, porque yo en el fondo no sentía amor verdadero por él, y confundí nuestra gran amistad y el cariño que le tengo con amor. Él, que realmente sí sentía algo por mí quedó un poco tocado tras nuestra ruptura, pero aunque pudiese haber ocurrido lo contrario, nunca dejamos que aquel intento fallido arruinase nuestra amistad, y ahora, fíjate, es mi mejor amigo...
  -Ya he hablado con él, dice que ya viene para acá así que lo esperemos en la esquina de su casa.
  -jajajaj! que vago por dios, ¿así que al final tenemos que ser nosotras las que nos acerquemos a su casa?
  -Bueno, ya lo conoces, él es así, pero ¿qué se le va a hacer? Luego nos lo compensa con mil cosas buenas...-sonríe, cómo no, siempre buscando el lado positivo a todo...
  Esperamos a que Jorge bajase y, contentas lo saludamos las dos.
  -Jorge, ¿sabes que ya he recibido la carta de la beca?-justo cuando se lo digo sus ojos se abren recordándolo, pobrecito, siempre tan despistado...
  -Pues... la verdad es que se me ha olvidado preguntarte..-responde colorado.
Sonrío, es muy tierno cuando se avergüenza.
  -No te preocupes, ya te lo digo yo, la recibí ayer y... ¡Estoy aceptada!
Sonríe, feliz de saber que lo he conseguido, solo él y María saben la verdadera razón por la que se me ocurrió lo de París (lo que ya os conté antes sobre Marcos) y por eso sé, que aunque para ellos supone despedirse de mí, también saben lo que supone para mí un cambio de aires.
  -Me alegro un montón Am, ya sabes que me alegro un montón....-Me sonríe, no solo con la boca sino con la total expresión de la cara.
 Le abrazo, los quiero un montón a los dos, no sé que haría sin ellos.... María mira su reloj y resopla:
  -Buff.... ya son las nueve menos veinte... le dije a mi madre de estar allí a las diez así que... ¡Me piro!-lo dice animada, no sé cómo narices está tan animada siempre...
 Le da un beso a Jorge y un abrazo a mí y sale corriendo en dirección a su casa. Ahí estamos, Jorge y yo, solos, con una despedida de por medio... Le sonrío, sabe que me pone triste despedirme de ellos, siempre me dice que lo ve en mis ojos... Y al final creo que me lo voy a acabar creyendo..
  -Anda... Ven aquí enana...- le abrazo con todas mis fuerzas, lo quiero muchísimo... Y él lo sabe...-Te voy a echar de menos, enana mía.-me susurra al oído...Sonrío, siempre me ha llamado así, desde que empezamos a salir, y aun solo siendo amigos, mi apodo me recuerda siempre la dulzura de sus palabras, siempre que las dedicó a mí.
  -Ya no soy tan pequeña, Jorge-le replico sin verdadero desacuerdo.
  -Cuando no estas contenta sigues pareciendo aquella niña dulce e indefensa de la que me enamoré.-lo miro, en sus ojos hay nostalgia. Sabe que aquello que ocurrió nunca fue del todo sincero por mi parte, aunque fuese involuntariamente, pero,supongo que cuando se tienen buenos recuerdos, no se renuncia a ellos por matices, y aquel tiempo fue muy especial para los dos, porque, yo al menos, descubrí lo que era ser amada por alguien y que te lo demostrase en cada palabra, cada gesto que te dedicara...-Más le vale a nuestro amigo Pablo cuidarte bien allí fuera... O me lo cargo, ya lo sabes.
 Sonrío, sé que intenta no decirlo del todo en serio... pero él ha visto como el tema de Marcos y Pablo me afectaba mucho a mí también y creo que lo culpa de que halla estado tristona durante bastante tiempo.
  -Ya sabes que me quiere, cuidará de mí... Tú mientras hazme el favor de cuidar de María, ¿vale? Ya sabes que necesita un apoyo de vez en cuando...
  -Claro, enana-sonrío, sonríe. Y entonces poco a poco, andamos por la calle para dirigirnos hacia al banco más cercano.
  -Am... ¿Tú estas segura de que todo este viaje va a servir para lo que tú quieres? Te veo muy convencida..
. pero no quiero que te vengas abajo si no funciona, ¿vale?
 Lo miro:
  -Claro que he pensado en eso, pero creo que sí que funcionará, y al menos yo voy a poner todo mi empeño para que funcione, ya lo sabes.-pienso algo por un momento y...  sí,  me voy a lanzar a decírselo.- De todas formas, si la cosa fuese mal por allí, por cualquier razón... ¿Puedes prometerme una cosa?- me mira, sé lo que me va a preguntar.
  -¿Qué cosa? Ya sabes que no me gusta prometer cosas así como así... Soy una persona de palabra...
  -Prométeme, que si las cosas van mal en París, vendréis María y tú a apoyarme y a subirme la moral. ok?
 Sonríe.
  -Pues claro que te lo prometo, de todas maneras, ¿es que no se te ha pegado ya algo del optimismo de María después de tanto tiempo? TODO  va a salir bien, ¿me estás oyendo?-sonrío, me encanta cuando dice cosas asi...
  -Sí, te oigo, y espero que el destino te esté oyendo también...
  -Tú siempre tan profética... ¡Vamos, te acompaño a casa!
  

2 comentarios:

  1. uuuuuuuuuuuuuuuuh aver qué pasa cuándo Jorge acompañe a casa a Am! dioooooooos me encanta! ajajajaja besazos!

    ResponderEliminar